Consulte el MANUAL (parte 5)
El IVA ha subido al 21%. Si usted es funcionario, salude desde lejos a su paga extra de navidad. No volverá a verla. Más le vale dejar de fumar y de beber. Por no hablar de lo que pasa en el resto del mundo.
¿De verdad sigue pensando que se puede hacer algo?
Mire a ver, corra a consultar el MANUAL. El suyo, no el de la tribu de los guerreros Tjos del Monte Hagen en Papúa Nueva Guinea. ¿Qué pone? Lo digo porque arranqué hace tiempo el Capítulo titulado “Manténgase informado a través de los medios tradicionales de comunicación y no pregunte”.
Por accidente, hoy he conocido algunos de estos datos y durante sesenta y dos segundos he sentido miedo. Al fin y al cabo, parece que eso es de lo que se trata ¿no? Pero finalmente me he relajado y he sonreído de nuevo cuando he pensado:
Si sigo leyendo e informándome, ¿puedo hacer algo para evitar que todo eso ocurra y que afecte sin remedio a nuestras vidas? No.
Si me preocupo lo suficiente, ¿puedo evitar que todo eso ocurra y que afecte sin remedio a nuestras vidas? No.
Si me amargo el día pensando en ello, ¿puedo evitar que todo eso ocurra y que afecte sin remedio a nuestras vidas? No.
Si se lo cuento a más gente, ¿puedo evitar que todo eso ocurra y que afecte sin remedio a nuestras vidas? No.
Así que he decidido salir a dar un paseo, disfrutar de un día soleado y no seguir leyendo, no preocuparme, no amargarme y no contárselo a nadie.
Pueden llamarlo egoísmo, individualismo endémico, pasotismo recalcitrante, rareza genética….
A mí me gusta llamarlo VIVIR LA VIDA EN PAZ.
SE NOS VA LA VIDA...ESPERANDO LA MUERTE 
La verdad es que deberiamos poder ser capáces de poseer ese punto de pasotismo recalcitrante del que hablas,sufririamos menos,pienso que con la edad se va perfeccionando,como dijo J.L.Sampedro:»A mí me importa un pepino lo que suceda de ahora en adelante».
Ya tenemos la primera cosa buena de cumplir años. A ver si encontramos algunas más…
No creo que sea egoísmo, ni pasotismo… es darle unas vacaciones a tus preocupaciones, que como todo, bien dosificado es sano e incluso necesario.
No creo que mueras de desinformación… ¡no van a dejarte aunque quisieras!
Personalmente pienso que si hubieran referéndums en este País para decidir las cosas importantes, o no tan importantes ya a un nivel más local. Para que realmente se aplicara la democracia y no teóricamente como está ocurriendo, (porque te juegas la moneda a una sola tirada y en cuatro años no puedes volver a participar en el juego… juego que por supuesto está amañado…) no estarías escribiendo este post porque SI PODRIAS hacer algo… decidir… Pero realmente, tal y como están las cosas…. Disfruta de tu paseo soleado y transmítenos un poco de optimismo y esperanza que es lo que ahora más falta nos hace
Besos
Silvia
Esta vez no estoy de acuerdo contigo. Es cierto que como individuo aislado no podemos hacer nada. Pero como asociación de individuos, sí. Sí se puede, por eso vivimos en un estado de bienestar. Esto no se ha conseguido porque ha evolucionado así. Se ha conseguido porque la ciudadanía se ha echado a las calles, y por eso ahora tenemos (los que la conservan) paga extra, mes de vacaciones pagado, seguridad social, etc. Como acción estándar se puede salir a calle a manifestarse. Un individuo manifestándose, es hasta ridículo. Un millón de individuos manifestándose, empieza a poner nervioso al personal. Eso no quiere decir que se vaya a conseguir lo que la protesta persigue, pero puede conseguirlo, como ya he dicho antes. Solo se van a poder cambiar las cosas si es en grupo, más nosotros y menos yo. Ese es mi punto de vista.
Yo, como el que más, me gustaría llevar una vida tranquila, que todo funcionara bien y disfrutar de mi tiempo. Pero no puede mirar hacia otro lado cuando, por poner un ejemplo reciente, le bajan el salario a los funcionarios, les quitan una paga extra y les alargan la jornada laboral. Yo no soy funcionario, ni lo seré, pero me parece sumamente injusto que los que nada tienen que ver con haber provocado esta crisis sean quienes tengan que pagarlo. Y sí, me siento en cierta manera manipulado porque cuando voy a las manifestaciones está lleno de banderas de los sindicatos y parece que les esté haciendo el juego. Pero yo no estoy allí por los sindicatos, estoy por lo que me parece injusto (al igual que he estado en otras manifestaciones). Y no se ha conseguido nada, o tal vez sí, y sus efectos no sean inmediatos.
Al hilo, aprovechando la coyuntura, hay una fábula japonesa que dice lo siguiente: había una aldea que vivía a la sombra de una gran montaña. El sol nunca tocaba con sus rayos la aldea porque la montaña lo impedía. Todos los ciudadanos habían aceptado con resignación ese hecho; nunca podrían deshacerse de la montaña. Pero un día cualquiera, un viejo salió con una cuchara en dirección a la montaña. ¿A dónde va, viejo? le preguntaron. Estoy harto de vivir en la sombra, respondió, voy a excavar la montaña con mi cucharilla para dejar pasar la luz del sol. Todos se rieron de él. ¿En serio pretendes hacerlo tú solo con una cucharilla? No, respondió él, pero alguien tiene que empezar.
Calembor, me ha encantado tu reflexión y la fábula. Pero es que a mí me contaron el final.
Resulta que todo el pueblo se animó a unirse al viejo porque, como él, comprendieron que todos juntos lograrían antes su propósito. Cuando llevaban tres días y tres noches a pie de montaña, sudando, agotados de rascar con las cucharas y apenas habían hecho un pequeño agujerillo en la ladera, a uno se le ocurrió que el alcalde tenía una excavadora. Entusiasmados por la idea, corrieron a su casa que se encontraba algo retirada, en el camino hacia el río. Durante diez días y diez noches el alcalde no salió a recibirlos. Finalmente se cansaron y volvieron a sus quehaceres. De vez en cuando alguno retomaba el asunto de la cucharilla.
El alcalde nunca salió a recibirlos por alguna de estas tres razones:
1-No le daba la gana poner en marcha la excavadora porque prefería destinar el dinero que le costaba la gasolina a construirse una caseta más grande para su perro.
2-En su casa siempre daba el sol.
3-Su primo era el propietario del restaurante del pueblo vecino, al cual se dirigían siempre todos los turistas que llegaban a la zona porque no estaba tapado por la montaña, a diferencia del otro.
Cada uno de los habitantes del pueblo pensó, indignado, en lo que haría esta vez en las próximas elecciones (dentro de cuatro años). Y también pensó en que, a la hora de depositar el voto, volvería a estar solo cuando escogiera su papeleta.
Sin embargo, la historia no acabó ahí. El viejo que inició la «Primavera de la cucharilla» se presentó como candidato en las próximas elecciones y ganó. Pero la montaña siguió en su sitio porque, ante el asombro de todos, decidió utilizar el dinero de la gasolina para la excavadora en construirse una casa en el camino hacia el río, donde el sol daba durante todo el día.
Final alternativo 1:
Resulta que todo el pueblo se animó a unirse al viejo porque, como él, comprendieron que todos juntos lograrían antes su propósito. Cuando llevaban tres días y tres noches a pie de montaña, sudando, agotados de rascar con las cucharas y apenas habían hecho un pequeño agujerillo en la ladera, a uno se le ocurrió que el alcalde tenía una excavadora. Entusiasmados por la idea, corrieron a su casa que se encontraba algo retirada, en el camino hacia el río. Durante diez días y diez noches el alcalde no salió a recibirlos. Le dieron un ultimátum al alcalde, a lo que contestó en carta oficial que no iba a prestar la excavadora porque no estaba en su programa electoral, pero que lo incluiría en las próximas elecciones. Entonces los habitantes del pueblo acordaron que ya estaba bien de que les tomaran el pelo, y entraron en casa del alcalde, lo llevaron a un lugar perdido y lo enterraron vivo, para que tuviera tiempo de pensar en cómo había llegado a esa situación antes de morir. Además, todos acordaron responder a la guardia civil que se había largado con una brasileña de impresionante trasero, y que estaría disfrutando en Brasil de todo el dinero robado.
Eso iba a servir de lección para todo aquel que tuviese intención de comportarse como el anterior alcalde. Todo empezó a cambiar.
Final alternativo 2:
Resulta que todo el pueblo se animó a unirse al viejo porque, como él, comprendieron que todos juntos lograrían antes su propósito. Cuando llevaban tres días y tres noches a pie de montaña, sudando, agotados de rascar con las cucharas y apenas habían hecho un pequeño agujerillo en la ladera, a uno se le ocurrió que el alcalde tenía una excavadora. Entusiasmados por la idea, corrieron a su casa que se encontraba algo retirada, en el camino hacia el río. Durante diez días y diez noches el alcalde no salió a recibirlos. Le dieron un ultimátum al alcalde, a lo que contestó en carta oficial que no iba a prestar la excavadora porque no estaba en su programa electoral, pero que lo incluiría en las próximas elecciones. Entonces los habitantes del pueblo acordaron que ya estaba bien de que les tomaran el pelo y se agruparon en una asociación y luego partido político, de cómo querían que funcionase su pueblo. Naturalmente, tuvieron que esperar a las siguientes elecciones, seguir las reglas del juego, pero ganaron por mayoría absoluta. Incluso había gente que tenía la casa en la parte soleada del pueblo. Los mismos que habían estado escavando la montaña y que estaban en desacuerdo con la forma de funcionar de la política, se habían implicado y esforzado para hacer de su entorno un lugar mejor. La proposperidad del pueblo llegó por sí sola, y le puesieron el nombre del anciano a un parque construido en su honor, en ser el que empezó.
jejeje, creo que es hora de que senosvalavida presente su candidatura para alcalde 😉
Jajajajajaa, muy bueno…
Teneís más razón que un santo… ¡los dos!
Si no se intenta no se sabe el resultado….
Pero a veces el resultado por mucho que se intente no es el esperado
Voto por senosvalavida para alcalde!!!!
;))
Por favorrrrrrrrrrrrr, ¡¡quiero muchos cristales rosas para mirar la vidaaaaaaaaaaaaa!!!!
¡y muchas botellas medio llenas!!
¡Muaksss!!